domingo, 26 de septiembre de 2010

Pensar es para todos.

Pensar ese caracter particular del ser humano, tiene tanto uso que tiende a perderse el sentido del mismo acto, se enajena facilmente, manipulado, exiliado de sí mismo, pero este espacio permite decir cualquier cosa, hablar de los temas que interesan, de las críticas frente a lo que sucede, eso sí enmarcandolo en una reflexión sin sentido para muchos pero con mucho sentido para pocos.

Cuando nos sumergimos en cuestiones del orden del pensamiento, pareciese que nos propusieramos abordar el asunto desde una filosofia del pensamiento, una teorización del conocimiento, sin embargo no es la tarea que me propongo, sino simplemente analizar un calificativo otorgado desde hace ya tiempo al ser humano, no redundar en lo que es, ni redundar en como acceden las ideas al él, sino mirar la posibilidad que se tiene de instrumentalización en el ámbito de los aconteceres humanos.
 
Ese caracter tan bien marcado en el ser humano como pensante, como aquel que sabe que sabe, podríamos definitivamente desligarlo de esa categoria, el caracter de pensante no está ligado al hecho del saber, el saber es la función del ejercicio del pensar, que en muchos se ha opacado, que pocos han utilizado, sino muestra clara de dicho asunto no es más que la masa anónima, que compone una sociedad, y que no hacen más que conducirse por los caminos trazados por quienes detentan el poder. ¿Podríamos seguir llamando al ser humano pensante? no han sido pocos los detractores de dicho concepto, Nietszche, Freud, entre tantos, que han puesto de relieve que efectivamente la irracionalidad acompaña nuesta vida, que aquello que nos es propio no es lo que efectivamente se cree que es. Horkeimer devela el caracter instrumentalizado de está condición; las dos guerras mundiales nos han situado en la época del suicidio de la razón tal como muchos pensadores han referido, ¿entonces por qué seguir con este concepto? 

Seguiremos hablando de eso porque efectivamente al mejor estilo profético del antiguo testamento, se hace el llamado al hombre para que ejercite el pensar con el saber, el saber se aprende, se ejercita, tal como los griegos nos lo han hecho notar; el saber es una virtud, es decir una practica constante de la potencialidad del pensar, por tanto no se puede prentender que por la condición humana que tenemos, ya podemos denominarnos pensantes, sólo lo somos en la medida en que la ejercitamos. ¿Aceptamos el reto?

2 comentarios: